Tímidos son mis labios,
pero no mis manos.
Tímida la palabra locuaz
la que se escucha
como casi gritando...
Pero no lo es la palabra callada,
débil;
como susurrando...
Tengo manos.
Tengo labios.
Manos que hablan ante
un fantasma blanco.
Labios que callan ante
la palabra febril,
de las manos.
Tengo manos que hablan.
Tengo labios callados.
Las manos expresan
lo que el labio se guarda.
Pero también...
Tengo el oído atento
y los ojos bien abiertos;
dos fieles ayudantes
para los labios callados
y las manos parlantes...
Tímidos son mis labios,
no lo niego.
Pero mis manos:
las que traducen el pensamiento
en palabras,
las que dan color a lo melancólico,
las que rompen el silencio,
las que abrazan,
las que construyen
y derrumban murallas
y regalan una caricia espontánea,
sutil,
pueril;
esas...
Dios mío, cómo hablan!
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Wow.
ResponderEliminarBellísimo.
Puff, gracias por tus comentarios.
No sabía que podés verlo como una teoría literaria, je.
Un abrazo.
=) Hasta el próximo semestre!
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
GRI
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...