jueves, 29 de enero de 2009

Sinfonía de letras


Hace unos días exprimí las horas en la lectura de un libro que me absorbió, me cautivó por completo.

Fue uno de esos libros, cuyos párrafos se leen con la piel, con la totalidad de los sentidos; con el corazón, con sentimiento y...muchas horas por delante.

Me detuve en un punto, en una coma; releí una frase las veces que fuera necesario como para no olvidarla. Disfruté de los detalles; de ese escribir sencillo, limpio, puro, corrido...exquisito.

Y me quedé así, con aquellos fragmentos en mi cabeza por mucho más tiempo, hasta que una niebla húmeda en mis ojos a punto de derramarse interrumpió aquella sinfonía de letras y entonces...ya no pude seguir leyendo.  

miércoles, 21 de enero de 2009

"Porque siempre hay algo que decir..."

Y hoy quiero hablar, a mi manera, la única que conozco, por aquellos que no les dejan hacerlo...

Clamor inocente.

Jesús, ven en mi auxilio!

No me quieren

mi corazón habla

a grandes voces.

Late asustado

con fuerza, como

quien está atado

de pies y manos.

¡Jesús, no me quieren!

Se han dado cuenta

de que vivo y me han rechazado.

Dime...

¿Por qué al saber de mí

no fui motivo de risas,

de alegría,

de amble bienvenida?

¡Jesús ayúdame!

Porque grito. ¡Existo!

Estoy aquí pero quieren

callar mis gemidos...

Se escucha un ruido penetrante,

un brazo de metal me busca.

¡¿Por qué, por qué quiere atraparme?!

Yo quiero esconderme.

¡Jesús, Jesús ayúdame!

Sigue el ruido...

Late, late ahora más

potente mi corazón.

Tengo miedo, siente,

siente madre mi corazón.

¿Por qué no me protejes,

tú, que serías como

un ángel para mí?

Dime madre...

¿Por qué preferiste bañar

tu vientre de sangre?

¿Por qué no esperaste

a ver mi rostro,

a ver mis ojos;

mis manos en tus manos madre?...

Jesús, sé que sigues ahí.

Ahora enmudecen mis labios,

el cielo se estremece.

¡Llévame contigo Jesús!

Porque estos ojos,

estos ojos no pudieron ver la luz. 

domingo, 18 de enero de 2009

Selva y desierto



¡Cuán innumerables
son tus lágrimas
tierra olvidada!

¡Cuánta miseria
se siembra y recoge
en tu suelo dañado!
Continente marginado,
región de selva y desierto.

Profundas y oscuras
son las grietas
que cuentan tu historia...

Mientras el resto del
mundo progresa con el tiempo
tú te postras ante el Medioevo.
Te detienes en silencio.

Y son hijos quienes lloran
tu desgracia,
les duele el hambre en el
cuerpo y en el alma.
Duele soñar y duele despertar;
duele agonizar
en ayuno permanente...

No llueve el cielo,
en cambio riegan el suelo
las lágrimas del pequeño;
o la sangre de algún inocente.

Les roban el pan
y también la paz,
con el ruido del fusil
y una guerra sin fin.

Y te duele, te duele...
Región de selva y desierto.

II
Porque miras a la familia fragmentada,
al niño indefenso que crece
precoz
para llevar el sustento,
a su hermano huérfano.

Crecen rebeldes sus sentimientos
y endeble el cuerpo, mucho más
negro que su pensamiento.

Miras a la muchacha y mujer
recogiendo los retazos de su alma
que quedaron al vender sus huesos,
a cambio de estudio y conocimiento.

Miras a las bestias y animales salvajes
cómo se despedazan y extinguen
sus carnes
porque les da muerte el cazador
...y el hambre.
De nuevo lluven gotas de sangre.

Llora el hombre.
Llora el animal salvaje.
Llora el follaje.

Y tú tierra lloras con ellos.
Continente desolado.
Continente marginado.
No es suficiente miseria,
injusticia y llanto.

Porque en las venas de tus hijos
Se transporta silencioso
el acrónimo letal
que deja un cuerpecillo indefenso
ante la enfermedad,
para que caiga como tronco el hombre,
solitario y olvidado;
como el continente...
marginado.

sábado, 10 de enero de 2009

De donde surgió el Papel sin Letra...

"Escribir es como traducir el pensamiento en palabras"


Inspiración Innegable

Vuela el corazón de poeta
inspirado por la razón.
Vuela un papel sin letra
que decidió guiarse
con el corazón.

Tuvo miedo el alma.
Tuvo miedo el cuerpo.
Pero pudo más el intelecto.

Escribe sin más señora con cinco pies.
Corre con sigilosa rapidez.

No niegues la huella
indeleble
como el color
del cielo,
carbón o sangre...

Deja volar el corazón de poeta,
deja volar el papel sin letra
que escondes..., en tu cabeza.